Nada nuevo hay bajo del sol.
Eclesiastés 1:9
Estamos
frente a frente ante una de las épocas más difíciles y trascendentales para el
ser humano. Las recesiones prolongadas, el derrumbe de los Sistemas Económicos
de las grandes potencias, el colapso de los regímenes democráticos, las
dictaduras, las guerras, el excesivo consumo de los recursos naturales no
renovables, la contaminación, el calentamiento global y sobre todo la pobreza,
son realidades que se presentan como la niebla dificultando la ruta que debemos
caminar junto a la independencia, la constancia y la responsabilidad de un estado
que forma parte de este rompecabezas llamado planeta. No hay que callar ante la
distorsión de un sistema que se derrumba frente a nuestros ojos.
No
es extraño ni muy ajeno a nuestros días, recordar que el grupo musical Los
Prisioneros fueran censurados
en la década de los 80 en los principales medios de comunicación de Chile hasta
el fin de la dictadura de Pinochet, simplemente por encarnar la inconformidad
de toda una región. En general, le cantaban a la desilusión, al desempleo, a la
marginación y la desigualdad. Le cantaron al Sur como esperanza y refugio de
vida, fueron canciones críticas formuladas por jóvenes profetas que percibían
un sistema sudamericano débil, incapaz de generar bienestar al ciudadano y que
por el contrario desarrollaba todo un sistema perverso que favorecía los
intereses extranjeros.
Siempre los Aliens desde la invasión y exterminio español mal llamado
conquista, impusieron en nuestras tierras sus políticas, modelos de desarrollo
y de “civilización”, sin embargo en poco tiempo esas políticas se han
convertido en un búmeran contra esas mismas potencias, pues ahora el baile de
los que sobran ya no viene del Sur, sino del propio corazón del imperio y de
Europa en donde nace una indignación popular contra todo un sistema montado
para contar billetes y no las necesidades de los ciudadanos del mundo.
La crisis económica de EEUU, España, Italia y Grecia rompe clásicos mitos
como “Desarrollo”, “Primer Mundo” y “Civilización”. Nos presenta la oportunidad
histórica de re inventarnos desde el sur ante la gran crisis económica mundial.
También centra el debate en el capitalismo, si este es capaz de llevarnos a una
época de prosperidad y no de desarrollo o simplemente es un bestialismo
económico que nos encierra en un juego perverso sin éticas, en el mundo de la
competencia, de las ganancias y del excesivo lujo. Por estos días los
indignados de Europa y EEUU ya no tienen pan, techo y empleo, solo tienen la
lucha por la recuperación de una vida de respeto y dignidad.
Dentro de este panorama es necesaria la reflexión, pues las ideas
capitalistas están agotadas y existe la posibilidad de que la raza humana
desaparezca sino cambiamos el sistema. Además, el crecimiento no reúne las
condiciones básicas para avanzar con seguridad a través del tiempo hacia la
sociedad de la utopía. En estos tiempos sentar las bases para una vida
sustentable es uno de los más grandes paradigmas que las sociedades actuales
deben afrontar, pues si esperamos al futuro los esfuerzos pueden llegar a ser
tardíos.
En esta ocasión se pretende debatir ciertas reflexiones a partir del Crash
Course, que contiene un grupo de fundamentos que explican la crisis del sistema
económico mundial y que profetizan el cataclismo final de la humanidad si no
cambia la visión unipolar basada en ganancias irreales de las potencias
mundiales. La intención es tener una idea didáctica de las razones de la crisis
actual, pero al mismo tiempo revisar algunas visiones desde la perspectiva
ecuatoriana, sin dejar de lado las cosmovisiones ancestrales relacionadas con
el buen vivir y cotejarlas sin temor frente al supuesto “desarrollo” importado
e impuesto por los que tienen la razón de la fuerza.
El Crash Course nos lleva por la compleja e indescifrable senda de la
economía e intenta presentar una realidad actual y global de las vías de escape
ante la crisis, al plantearnos ciertas explicaciones relacionadas con la
economía, el crecimiento, la energía y el medio ambiente, ya que, la escases de
los recursos naturales, como el agua y el petróleo ponen en riesgo la
estabilidad y la existencia del planeta, pues se encuentran amenazados por la
ambición de unos pocos. En esta realidad actual la economía nos juega bromas
pesadas, entre ahorro, gasto, inversión, deuda y crecimiento exponencial y el
Crash Course es un manual que intenta desatar algunos nudos ideológicos para
entender los males sistémicos y quienes los han provocado.
Por lo tanto, el individuo es el único ser capaz de rescatarse así mismo de
este laberinto económico y presentar una vía alterna, un nuevo paradigma que
busque la salida definitiva de la encrucijada del capital, del desarrollo y la
producción. Las generaciones venideras preguntaran que hicimos para rescatar
nuestras sociedades y para conservar y explotar con responsabilidad nuestros
recursos naturales, ¿cuáles fueron los planteamientos para superar la pobreza?
y que posibilidades tuvimos de generar bienestar a pesar de la crisis, pues si
estas son cíclicas las bonanzas también deberían serlo.
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