miércoles, 10 de agosto de 2011

La necesidad de cambiar

¿CAMBIOS?



El 5 de agosto de 2011 encontré un mensaje en el facebook, refiriéndose a los problemas en la asamblea por la elección de sus autoridades, que decía “Si la oposición sigue intentando obstruir el proceso de cambio, se debería ir a las urnas”. El comentario es corto y denso, pues contiene la crueldad devoradora de creer que con elecciones desaparecerán todos los problemas que nos aquejan y llegaran todas las soluciones anheladas por los ecuatorianos.


El gobierno de la revolución que tiene algún tiempo en el poder ha disfrutado de 2 oposiciones una externa y otra interna, la primera insignificante, mediocre y descoordinada y la segunda nacida del propio partido de la revolución sustentada en fuertes ideas y diferencias (como el juicio al fiscal entre otras broncas internas) obligando a los “disidentes” a exiliarse del partido de gobierno. Para los males externos están la fuerza el coraje y la persistencia para los internos ninguno de estos. Sin duda la segunda oposición es la que realmente le ha pesado y posiblemente le siga pesando al gobierno.


Pero lo de fondo es la frase “proceso de cambio”, ¿Será esta revolución, un proceso de cambio? O ¿Será el proceso del proceso, el inicio o el fin del verdadero proceso revolucionario?.

A los ecuatorianos nos encantan los eufemismos sobre todo cuando no los entendemos, siempre buscando en el baratillo de la política un Cristo redentor que nos salve, que nos cambie y que solucione todos nuestros males. Por cierto en los países de primer mundo existen dos elementos fundamentales que engrandecen esos países, el primero es un buen elemento humano, que cumple sus leyes y segundo un estado que satisface las necesidades básicas de sus ciudadanos.

Esos ciudadanos de primer mundo pagan sus impuestos, cumplen las leyes de tránsito, son puntuales, planifican su familia, son honestos con su patria, cuidan su patrimonio, no buscan saquear las arcas fiscales, combaten la delincuencia y sobre todo eligen conscientemente a sus autoridades. Los Estados por su parte se encargan de la seguridad y de los servicios básicos, pues persiguen ideas y no personas.


La respuesta acerca de, en qué lugar del proceso de cambio nos encontramos, no la sé, lo que se, es que el proceso de cambio debe empezar con los ciudadanos y no con un gobierno y debe estar en boca de los ciudadanos y no en boca de un partido.


Al final queda el tema de elecciones, pues hemos tenido tantas y a veces tengo la percepción (puede ser equivocada) que todo sigue igual. A nuestros genios de la política se les ocurre que los males se acabaran yendo a elecciones, como aquel ebrio que piensa que en la cantina acabaran sus penas.


No es difícil darse cuenta que el proceso de cambio todavía es una idea, que tiene que ser acogida por los ecuatorianos, cambiar nunca suena fácil, hasta ahora hemos tenido tantas elecciones y la política sigue igual, el país dividido igual y la gente igual. No quiero decir que no hay avances en este gobierno, lo que intento sostener es que mas allá de esos avances, cada ciudadano debería avanzar en los cambios básicos.


Sería bueno plantearnos la idea de ¿cuándo nos animamos a cambiar? Capaz y alguien se nos une, la mayoría dirá que los mayores problemas están en el Estado pero podríamos empezar cambiando nosotros un poquito. Desde niño me dijeron que de la política no se vive, pero me he dado cuenta que podríamos vivir bien, nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos, solo tendríamos que cambiar nuestra apatía por la política. Sería también buenísima idea cambiar la forma de elegir a nuestros representantes, quienes tienen la imagen internacional de problemáticos, porque al final los ciudadanos somos los únicos beneficiados o perjudicados de sus actuaciones.


Miércoles 10 de agosto de 2011