viernes, 17 de abril de 2009


REFLEXIONES


¿Qué haces cuando las cosas no salen muy bien?, tu sabes la familia, la conciencia que nos acusa por aquello, los problemas familiares y los quilombos rutinarios. Luego miras al cielo y sabes que es un tiempo nublado. Miras hacia el frente y grandes montañas no te dan la visión panorámica que quisieras y si eres devoto miras nuevamente al cielo a pesar la terrible oscuridad y la pasajera tormenta y alzas la mirada atrevida y solo recibes del dueño de todo un absoluto silencio.
¿Que haces cuando los que más amas se burlan de tus sueños y solo recibes críticas y menosprecio?, buscas respuestas y cuando llegan vez que no son suficiente.
¿Qué haces cuando el tiempo te acorrala?, y tratas de alinearte y vez que la mayoría de los tiempos no se ajustan a tus necesidades.
¿Qué haces cuando te critican, te cuestionan y sensuran?, y te roban las ganas de sonreir. Realmente no se, a veces actuo con calma y otras veces con desesperación, pero en esta vez actuaré con absoluta tranquilidad y sabes ¿Por qué?. Porque la idea seimpre será que no pierdas tus sueños, es crucial para este mundo los soñadores como tu y como yo. No se cual sea tu sueño, pero más allá de las creencias, los sueños solo provienen de Dios y si tienes uno Él te lo dió porque sabe que nadie más en el mundo podrá hacerlo como tu lo haces, con pasión, con esfuerzo, alegría y sobre todo con el corazón. Así que no pienses entre la derrota de las lagrimas que esto terminó, porque cada vez que trabajes por tu sueño único e inédito, recuerda que Dios siempre estará de tu lado.
Pienso de esa manera porque es lo que hizo un carpintero con un sueño que Dios le había dado, atravezó a la humanidad siendo tan común como nosotros, ¿Qué crees?, hasta los ateos aunque no celebren recuerdan su muerte, era un loco que enloqueció a la humanidad, con el amor, compasión y perdón y con la ayuda de Él podemos hacer lo mismo.

Wellington Rubio
Viernes 17 de abril de 2009

1 comentario:

Unknown dijo...

el peor error que podemos cometer es dejar de soñar, y olvidarnos de la fe.