LA GUERRA DE LOS MEDIOS
Sin bromear ni ser pesado, desde los años 80 hasta la fecha los medios de comunicación tuvieron una influencia hegemónica en el país. Las elites económicas percibieron lógicamente, dentro de un Estado que nunca regulo ni ejecuto nada, tener el control de lo que debería escuchar un país, porque siempre será tentador utilizar a otros con la información que manejamos. Es así como los medios sirvieron para:
1.- Acrecentar poderíos económicos banca-medios, claro ahí los gringos no dicen nada, cuando en el país de ellos y en los países del G-8, sería imposible estos supuestos modelos democráticos y de prensa independiente. Este Poderío económico, político y social, estaba y aun está basado, en el manejo de recursos del público y manejo de información que para el caso, son como agua y aceite.
2.- Pero los medios también fueron mecanismos para acrecentar el poderío económico de muchos politiqueros, de todos las tendencias y colores, la idea era captar el poder y obtener un beneficio propio, decir su ‘’verdad’’, con el simple objetivo de aniquilar a sus opositores.
3.- El fin de muchos medios de comunicación fue institucionalizar la inestabilidad política, articulo tras artículo, como los de Emilito Palacio, Carlitos Vera y Jorgito Ortiz, llenos de un veneno que ha terminado destruyéndolos a ellos mismo. La idea era preparar el terreno para los cuartelazos y poner monigotes que se hagan de la vista gorda frente al desmantelamiento del Estado.
4.- Como pincelada final, lo más repudiable y cuestionable, el margen de utilidades de aquellos que comercializan estos medios escritos, es vergonzoso y criminal, frente a los miles de dólares que reciben dueños y accionista.
5.- Aunque dentro del partido no haya acuerdo, evidenciando que Panchana no era omnisciente y muy aparte de los cuestionamientos, en una guerra, todos perdemos. En este escenario el Presidente se queda con la quinta batalla mediática, por eso creo que al Estado no le conviene vender los medios Gama y Tc, son los únicos instrumentos que le permiten seguir vivo en los medios, con el dinero de todos, con propagandas que no informan, con bienes que son de personas perjudicadas por los bancamedios, pero que al fin desnudan las miserias que nadie se atrevió jamás a descubrir ni enfrentar.
Estemos pendientes a ver si esta vez pagan impuestos al Estado y si por fin definen a que se quieren dedicar a ser banqueros o comunicadores, la verdad que no los envidio.
Sábado 10 de julio de 2010
Wellington Rubio
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