jueves, 21 de mayo de 2009

LA INDEPENDENCIA


LA INDEPENDENCIA

Olmedo escribió con razón en el canto a Bolívar lo siguiente: “De esta mansión de paz y luz he visto correr las tres centurias de maldición, de sangre y servidumbre y el imperio regido por las furias”, pues al llegar los españoles desapareció el puro, visionario y valioso sueño ancestral de nuestros indígenas de querer sostener un bloque regional como el Tahuantinsuyo. Y como toda historia bien o mal contada, siempre está llena de alegrías y nostalgias, vivencias conocidas para los ecuatorianos especialmente las que resaltan las nostalgias.

Esa así como la victoria en la batalla del Pichincha de 1822 hace resurgir ideas importantes que habían sido olvidadas, como la formación de un renovado bloque regional y en esa vía Bolívar planteó la creación de la Gran Colombia, en la cual permanecimos poco tiempo para convertirnos prematuramente en República en 1830. Y digo prematura porque el Ecuador no tuvo el tiempo necesario para asimilar la gran conquista. A tal punto que a lo largo de la vida republicana en la gran mayoría de casos, el Ecuador no ha tenido propuestas serias de nada cuando se trata de resolver sus conflictos nacionales e internacionales demostrando una profunda inmadurez política. El tema limítrofe, el petrolero, el agrícola, la perdida de nuestra moneda, y el tema del endeudamiento externo nos dicen claramente que hasta hoy a los ecuatorianos en su conjunto nos fascina actuar con irresponsabilidad y desinterés frente a los grandes desafíos que la historia insiste en presentarnos.

En este sentido, el 24 de mayo siempre será una buena terapia para replantear conceptos necesarios que han sido olvidados. El sueño original después de la victoria fue, que al independizarnos de España formáramos una sola América de varios estados soldados por una misma historia, unas veces confusa y otras veces dolorosa. La idea también fue establecer las bases para estados independientes y democráticos y auspiciar el inicio de una nueva república donde el poder hiciera posible la satisfacción de las innumerables necesidades de nuestros pueblos ancestrales, como, indios, afros, mestizos, plebeyos y aristócratas. Pero esa idea de independencia para los ecuatorianos fracasó.

Luego de la gran victoria del Pichincha se perdió el rumbo de nuestro sueño. Presidentes extranjeros, tiranos, mediocres, débiles y corruptos no pudieron darle vida y sentido al sueño de Bolívar. El incisivo poder de las oligarquías, las dictaduras, los golpes de estado, una precaria economía y los problemas de gobernabilidad, sumaron para que hoy sigamos intentando ordenar un país totalmente anacrónico, viviendo todavía en el lumpen del caos, teniendo cualquier cosa menos la tan cacareada independencia.

Abdón Calderón y Jaime Roldos, son excelentes ejemplos de tantos héroes que murieron en esta fecha por reivindicar el triunfo de una digna batalla hasta llegar a la cima de la libertad y merecen un respetuoso recuerdo. Pero esa idea sigue viva hoy más que nunca. Sigue viva la idea de ver patriotas que se levantan y deciden luchar hasta la muerte por las grandes transformaciones y ver a la patria revestida de dignidad y grandeza; Sigue viva la idea de vencer al opresor disfrazado de pobreza, miseria, silencio y profundo olvido; y por supuesto sigue viva la idea y muy cercana de la unión sudamericana y dejar de lado rencores históricos entre hermanos, con el fin de afrontar juntos días difíciles para el Ecuador y el mundo.

Jueves 21 de mayo de 2009
Guayaquil-Ecuador

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