miércoles, 30 de julio de 2008

INSTITUCIONES MUERTAS

La actividad cotidiana más constante que tiene el ser humano es elegir, ciertamente estamos ante una dura decisión acerca de nuestro destino entendido desde la misma óptica de ORTEGA Y GASSET, no consistente en aquello que tenemos ganas de hacer sino de manera rigurosa y conciente de tener que hacer lo que no tenemos ganas, como elecciones por distritos donde el mandante conozca a sus mandatarios, donde se pueda realizar una efectiva revocatoria de mandato y donde se pueda hacer política con grandes convicciones y sin grandes fortunas. Seria increíble superar el voto obligatorio y profundizar las razones del divorcio entre el estado y el ciudadano, para que exista un verdadero compromiso de la palabra empeñada y no el de deshonrar a la misma, y entonces inexorablemente el día que se reconcilie el Estado con el ciudadano entonces al fin ya no será necesario que el voto sea obligatorio.

Es el tiempo de repensar nuestra democracia, de reconocer que así como los españoles nos impusieron todo, nuestros políticos emulando esas acciones han sembrado lo que hoy están cosechando, es tiempo de reconocer que el fracaso de la política ha sido por la ausencia de los honestos y lo más importante es tiempo de olvidar ese pasado de oprobio y de vergüenza, hoy es tiempo de cambiar, de creer, de resucitar a cada organismo del Estado fallecido, no con leyes sino con ideales.

Este proceso como todo en la vida tiene sus costos, en ocasiones muy altos pero necesarios para el progreso, existe toda una generación de jóvenes y adultos a la cual le repugna la política y hoy tenemos la obligación moral todos los ecuatorianos de cambiar esa realidad y hacer del país de las cenizas y de la arena un palacio con bases sólidas como lo han hecho muchas naciones como Alemania o Japón que se atrevieron a cambiar.

Wellington Rubio
Miércoles 30 de julio de 2008

No hay comentarios: