jueves, 7 de agosto de 2008

¡VIVA QUITO!



En el mes de mayo acepté la propuesta de un paisa amigo para trabajar en la capital de la República en un organismo gubernamental. Cuando era un ciudadano corriente pensaba que el Estado no servía, que era ineficiente y lento, pero cuando llegue a ser funcionario público confirme mis sospechas de ciudadano común y corriente.
Los primeros días tenía que laborar en el Ministerio de Gobierno y por supuesto cada mañana me desplazaba hacia el trabajo en mi vacío, espacioso, seguro, cómodo y oloroso trolebus.
Transitaba como peregrino en mi propia tierra por la plaza grande, exponente máximo del desarrollo español; La casa de Gobierno, la Iglesia y el parque o plaza. No sé porque, pero esta altura es tan familiar para mí, es la historia hecha ciudad, que encierra un conjunto de vivencias que van desde la muerte súbita de un Presidente proporcionada por un rayo hasta la hazaña de los forajidos.
Cuando camino por la plaza grande, el aire con mucho smog, me hace recordar el civismo, la revolución, el patriotismo y la independencia.
La capital, abruma con su cultura, clima, arte y estilo, las lluvias constantes de estas semanas se asemejan a la lucha, guerra y coraje característico del son quiteño. El trole, la plaza fosch, las caucaras, las tejas, la vicentina, la mitad del mundo, el panecillo, sus calles, sus casas coloniales, el mote y el teatro conjugan con equilibrio el progreso de la Metrópolis que nos hace de manera constante rescatar los recuerdos del olvido.
Ver desde el quinto piso de un edificio de la avenida Colón el esplendor del sol sobre los techos de la zona “Cruz Loma”, me llena de emociones ajenas y nostalgias propias, al recordar que solo estoy de paso en todas las instancias de la vida.
Así es Quito, hoy llueve y mañana llueve, sale el sol tras el sol, luego vuelve la lluvia solo para demostrarnos con ironía que con la ciudad no se juega. Pero como todo en la vida esta colorido de imperfección, Quito concentra todo hasta el tráfico y una milla más, Gobierno, Finanzas, Defensa, Justicia, nos da la lucidez para ver el centro que hemos creado y que necesitamos redefinir.
Quito es también la ciudad que revive a la polis griega, donde cada ciudadano vive y siente la política como una forma de vivir y de ser. Es la luz del pensamiento, la ebullición de las ideas, la erupción de una ideología que busca lo nuevo que está por venir, esa luz que ciega a los poderosos del poder. Es una joya, es el reino que nadie quiere olvidar, es la tierra de mis ancestros que cualquiera quisiera poseer, es el suelo de la soberbia, de lo indómito, de los volcanes, de los montes, de la neblina que está y en un instante desaparece, es el espejo y la luz que nunca se acaba de apagar y que alumbra al sueño de Bolívar.
Quito, una canción, mi nostalgia, la ciudad de Atahualpa, de Pámpite, de Espejo, del ciudadano, de Manuela Cañizares y de otros próceres que dieron su sangre para destruir el ímpetu de los tiranos y librarnos de las cadenas de la esclavitud, por esta razón y porque el reino no muera solo puedo y quiero decir, viva Quito.



Wellington Rubio
Jueves 7 de agosto de 2008, Quito-Ecuador

No hay comentarios: