SISTEMA
INTERAMERICANO DE DERECHOS HUMANOS
En cuanto al artículo denominado Las
Ultimas Trincheras publicado en el diario Página 12 de autoría de Boaventura de
Sousa Santos, planteo algunos cuestionamientos. En resumidas cuentas el autor
menciona que ciertos países, entre ellos, Ecuador, Venezuela, Bolivia,
Argentina y Brasil intentan hacer recomendaciones a la CIDH pero que estas
sugerencias apuntan a limitar el poder del organismo para interpelar a los
Estados por violaciones a los derechos humanos.
Y por supuesto trata el tema del pueblo
Sarayacu del Ecuador con ciertas imprecisiones al no mencionar que esos
derechos no fueron violados en el gobierno del Presidente Correa y sin
mencionar que el gobierno actual ha realizado todos los esfuerzos para que se restablezcan
esos derechos violentados, lo cual motivo un reclamo del Presidente en una de
las últimas sabatinas.
El argumento es que hace unos años era
impensado que gobiernos de izquierda o progresistas abandonaran la defensa de
los derechos humanos ya que esos mismos gobiernos de izquierda mediante la
defensa de esos derechos humanos llegaron al poder y que ahora quieren
abandonar esa lucha, por lo tanto hay que hacer unas precisiones al respecto:
1.- Que la defensa de los derechos
humanos por ser de orden natural intrínseco al individuo no dependen ni deben
responder a los intereses de ningún organismo ni cuerpo colegiado por más que
ese organismo en el caso la CIDH haya defendido los derechos humanos en épocas
de antaño y que actualmente continúe aportando elementos sustanciales a la
defensa de los derechos humanos.
2.- La misma llegada de gobiernos
progresistas o de izquierda que cuestionen el sistema actual de derechos
humanos, hasta cierto punto anacrónico, es razonable y coherente al plantear
que urgen profundos cambios porque los derechos humanos siguen amenazados en la
actualidad a pesar de todos los organismos de protección de esos derechos.
3.- Entonces según el autor si se
proponen cambios es simplemente porque esas decisiones afectan a los países
proponentes de los cambios y no porque esas instituciones en la actualidad ya
no responden a una efectiva defensa de los derechos humanos.
4.- No tenemos que olvidar que los
exterminios más grandes de la historia de los pueblos originarios de América, las
gigantescas guerras que han desaparecido al ser humano, que las invasiones a
otros estados, los apoyos a las dictaduras sudamericanas donde se violaron de
manera despiadada los derechos humanos y los embargos vergonzosos a países
pequeños, no fueron realizados por países progresistas o de izquierda,
simplemente fueron guiados por intereses económicos geopolíticos que no miran
precisamente el respeto irrestricto de los derechos humanos y por tal razón los
pueblos originarios afectados directamente por decisiones extranjeras tienen
todo el derecho y el deber moral de pedir los cambios necesarios al sistema
caduco de la CIDH para la búsqueda de una región de igualdad y respeto al
individuo y los estados.
5.- También hay que mencionar que los
organismos internacionales creados desde el norte generan ciertas sospechas, La
OMC, BM, FMI, ONU, la USAID, La CIA y porque no la CIDH, siempre han defendido
la visión del norte, es más, han analizado históricamente los problemas del sur
con la lupa del norte.
6.- Por lo tanto no se trata de opacar o
restar fuerza y acción a la CIDH, por parte de los países progresistas, si no
por el contrario se busca un sistema de derechos humanos que responda a las
realidades del Sur, que sea democrático y ágil, pero sobre todo que su único
horizonte sea la defensa de los Derechos Humanos que hoy en día se han
politizado y que en algunas ocasiones sirve como instrumento de coerción hacia
países que defienden los derechos humanos pero que ideológicamente no comulgan
con los interese del norte.
6.- Así que, plantear cambios profundos
y democráticos a la CIDH no significa abandonar la lucha de los Derechos
Humanos si no por el contrario significa el ferviente interés de fortalecer esos
Derechos en un organismo sólido que responda a la realidad actualidad y a la
necesidad de los ciudadanos sudamericanos.
28 de octubre de 2012