viernes, 27 de febrero de 2009

IS TIME TO CHANGE


IS TIME TO CHANGE


Hace un tiempo leí en el periódico del Partido Liberal Progresista un artículo cuyo contenido automáticamente me transporto al ilimitado universo de los sueños, despejado para que cualquier ciudadano ejerza el poder del imaginario. El artículo relataba con diversas estadísticas el hambre y la desigualdad de ayer y hoy, mostrando el planeta que hemos construido, algunos con mucho y otros con poco, influenciados por ideologías y convicciones equívocas.

Hoy es fácil darse cuenta que el mundo está en crisis producto de ingerir mentiras toxicas mediáticas promocionadas por el libre mercado que nos ha encaminado a las siguientes verdades irrefutables: Un planeta ecológicamente enfermo, económicamente deficiente y socialmente acabado.

Para los grandes genios de los sistemas de producción nunca importó la tala de árboles, la contaminación del agua, ríos, mares, y del ambiente; no importaba lo que producían, armas, bombas, gases tóxicos, no importaba explotar laboralmente a hombres, ancianos, mujeres y niños; no importaba tener una sociedad totalmente consumista; lo único importante era producir. Sin duda con la continuidad de estas ideas, nos hemos visto avocados a vestirnos de luto para anunciar como profetas, la destrucción del hombre y de este pequeño planeta que se suponía que cuidaríamos. De la economía mundial y del comportamiento del ser humano tenemos demasiados ejemplos negativos que por higiene mental deberíamos evitar recordarlos.

Con esta realidad, en el artículo leído se plantea, que la solución para estos males consiste en instaurar desde las escuelas la formación de un ejército de líderes comunistas. Estos líderes deberán ofrendar sus vidas para que con nuevas ideas luchen contra los tiburones del mercado, la pobreza, la desnutrición, la contaminación, el hambre y la corrupción.

En el artículo del P.L.P, jamás se plantea un cambio profundo en el interior del ser humano, simplemente la estricta exaltación de una ideología. Esta solución no es convincente y creo que juntos podemos mejorarla, ya que en esta crisis ecuatoriana sobre todo de valores, necesitamos una ideología que nos haga luchar contra la injusticia, que nos haga sonreír mientras olvidamos las penas del pasado, una ideología que respete la vida y al ser humano, una ideología que nos haga olvidar el regionalismo y que nos haga sentir al fin orgullosos de ser ecuatorianos. De esta forma podremos olvidar la frase de aquel artista que en tono irónico dijo que “Lo peor que nos pudo pasar a los ecuatorianos es haber nacido en el Ecuador”.

Por estos días Juanes, un canal local y algunos escritores dicen que es tiempo de cambiar. La pregunta es ¿Estás dispuesto a cambiar?, ya que, como lo demuestra la historia siempre se nos hace más cómodo que cambien otros primero para empezar nosotros.

Pero, en este tiempo de cambiar, queda mucho por andar, tenemos pendiente el sueño de pisadas soberbias que retornan a la madre patria y olvidan de una vez por todas los adioses, queda el anhelo de renunciar al veneno que producen nuestros patéticos odios, quedan las ganas de una neo política, más honesta, más limpia, más abierta y transparente, queda el anhelo de soñar con un país sin pobreza, olvidarnos del néctar letal del petróleo, y ver como una visión del cielo todos los campos cosechados, los suburbios vacíos, el estero limpio, el olor a mangle, la lluvia nueva, la tierra de la alegría, de las ideas, de los conceptos, de la luz y del progreso.

Ahora no caben dudas para entender que a pesar de la crisis, el tiempo del fracaso ha pasado, que es el tiempo de ver nuestros sueños realizados y que para concretarlos tenemos el gran desafío de entender que hoy mas que nunca es tiempo de cambiar.
Wellington Rubio
viernes 27 de febrero de 2009